Los niños y también los adultos, desarrollan un deseo de independencia que puede observar el educador. "Yo" y "solo" son las palabras que indican su voluntad de actuar por sí solos. En este deseo se manifiesta una característica genuinamente humana: las ansias de libertad.
En este deseo se exterioriza un componente de la libertad, el de la necesidad de independencia y de actuar por cuenta propia. A mi entender, la libertad es mucho más que independencia, la libertad define la voluntad y la capacidad de fijarse un objetivo, de orientarlo hacia valores morales, de armonizarlo con la propia vida y de perseguirlo de modo coherente.
Friedrich Nietzsche me hizo pensar, articuló la idea de la libertad en forma de pregunta: "¿Libre te llamas a ti mismo? quiero oir tu pensamiento dominante, y no has escapado de tu yugo. [...] ¿Libre de qué? qué importa eso a Zaratustra. Tus ojos deben anunciar con claridad: ¿Libre para qué?
Un ser humano sólo puede decir de sí mismo que es libre cuando puede responder a la pregunta: "¿libre para qué?". La respuesta es también la respuesta a las cuestiones: ¿quién soy?. ¿que camino debo tomar?. ¿qué sentido y qué objetivo tiene mi vida?. El Escultismo me ha ayudado mucho a ser libre, ¿Entendeís?. ¿No sois capaces de responder a todas estas preguntas con vuestra Promesa y Ley Scout?.
La libertad no es un estado, es el fruto tardío de un largo desarrollo, se adquiere pasando por estadios de autosuperación interminables, del paso de la disciplina a la autodisciplina. Se consolida con la coherencia , el máximo estrechamiento entre lo dicho y lo hecho.
Creer en Dios, concerme a mi mismo, tener presente mi Promesa... sin duda alguna me hacen un hombre cada vez más cercano "al fruto tardío" y seguro por haber elegido este camino y no otro. Apostar por unas ideas, elegir vivir según estas y no otras, es lo más gratificante de este mundo. ¿De eso se trata no?
VIVIR, espero seguir escribiendo sobre esto otro día.
jueves, 31 de mayo de 2007
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